En uno de los viajes a Japón, en una pequeña pero exquisita tienda de cerámica y detalles para ikebana, en Kyoto,vi colgado de una pared, un pequeño candil, el wabi sabi de los años se notaba y lo hacia destacar y desear. Peroooooo, no siempre se puede, era uno de los detalles de decoración de la tienda.
En los años que viví, en Cantabría, busqué, pero no conseguí ninguno que fuera antiguo. Por fin en una ferreteria de Potes, lo encontré, negro y reluciente. Lo dejé colgado en el porche, pero nada, no se iba la pintura, ni cambiaba el color y, pensé a por todas, a la intemperie. Lo colgué en un pequeño frutal que tenemos, y ya no me había acordado más de él. Este fin de semana lo he encontrado así.
Detalle del candil, ahora le daré un producto para proteger el oxido, para que se mantenga.
Puede dar bastante juego kusamonos, que ya tengamos. Este es un pequeño pero gran ejemplar de Echeveria elegans, lleva muchos años con nosotros.
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