KUSAMONO PARA NIÑOS


                             



Un buen amigo, me envió una imagen de la composición que había creado la pequeña Ane  con tan solo 5 años.  Pensé,   ¡que interesante!,  a su manera ha plasmado un paisaje conocido por ella y que le llama la atención.  No es de extrañar  que esta imagen captara su curiosidad, pues cuando empezaron a aparecer las Amanitas muscaria  en nuestro jardín, llenándolo de color,  quedé fascinada.

Compartir con los seres queridos una afición o hobby, es crear estrechos vínculos de unión,  despertando  en el caso de los menores  curiosidad,  ingenio y destreza, logrando de manera didáctica, que aflore  en ellos el instinto natural para  reproducir las obras  que elaboran  los mayores.  Este es el caso de la mamá de Ane, que comparte con ella su afición, fomentando y potenciando a la larga, una afición  grata y placentera.

Me puse manos a la obra, y comencé a realizar algunos trabajos más o menos sencillos,  divertidos y diferentes, para que ellos puedan aprender jugando, a la vez que van  creando pequeños kusamonos un tanto infantiles, o no tan infantiles, lo importante, es inculcarles  el amor y respeto  por la naturaleza y su conservación.

Por desgracia este verano estamos teniendo unos incendios devastadores, que han calcinado una gran parte de bosques de incalculable valor, tanto en las islas Canarias, Cataluña, o  como  en demasiados  lugares de la Península Ibérica.
Nuestro patrimonio natural se va minimizando y  degradando, de ahí mi interés, en fomentar el amor por la naturaleza  estimulándoles, para que la conozcan mejor,  despertando el respeto para su protección y conservación en los más pequeños , para que sean conscientes que se tiene que cuidar, mimar y preservar.














Kusamono realizado por la pequeña Ane de 5 años






Detalle de unas  Amanitas muscaria, aparecidas en otoño en nuestro jardín, conocidas también  como   ”Seta de los enanitos”.





Esta composición  de fresitas silvestres  -Fragaria Vesga-  salió publicada en la Revista Bonsái Actual nº 141, de la cual soy colaboradora, en otro artículo mio, que también titulé  Kusamonos para niños el  verano pasado, en mi  afán de hacer participes a los más pequeños, para despertar su interés y el de los papas. 
Al  comprar la maceta pensé perfecto  puedo representar la zona donde vive la pequeña Ane. Unas fresitas, una vaca y unas setas será  perfecto para representar un bello y pastoril paisaje del País Vasco- lugar donde reside la pequeña Ane-.





Esta simpática composición de 7x6 cm. ,que hará las delicias de los más pequeños,la  quiero dedicar a la  pequeña  Ane.






He seleccionado diferentes tipos de recipientes. Alguno de ellos está sin agujerear, pero voy a explicar dos   método fáciles, limpios y sencillos, para que ellos  los puedan agujerar sin ningún peligro.














He seleccionado; fresitas silvestres y helechos recuperados del jardín, un pequeño
esqueje, unas plantas crasas de vivero que resistieron el duro y lluvioso invierno, unas  macetas con kusamonos descontroladas, donde  han prosperado plantas nacidas por  semillas , una planta carnívora y alguna que otra planta más.












Esta maceta decorada con un bonito dibujo veraniego de  14 x10 cm. la voy  a perforar con otro sencillo sistema.










En primer lugar, llenaremos hasta arriba un  recipiente  con akadama o con cualquier  tipo de sustrato que tengamos a mano. En esta ocasión he utilizado akadama.












Una vez boca abajo, iremos presionando la maceta hacia el fondo a fin de que quede el espacio totalmente lleno, evitando cámaras de aire.












Girando el punzón marcaremos la zona donde queremos agujerear.












Sujetando el punzón sobre la zona marcada, iremos dando suaves pero firmes golpes de martillo. Es preferible dar algún golpe más, que pasarnos por el impulso.





Como se puede apreciar el punzón ha entrado hasta la mitad.

También conseguiremos  agujerarlo siguiendo los mismos pasos, utilizando agua en vez de tierra,teniendo en cuenta de poner un trapo en el fondo del recipiente para hacer base.  Este método está publicado en  mi libro y en el artículo 141 de Bonsái Actual.










He utilizado para la plantación una Hedera helix, un Sedum stahlii y una Lonicera sp.  nacida de semilla, dando un aspecto muy  silvestre a la plantación. Estas plantas, son producto de una vieja maceta abandonada en un rincón. Lo que nos  demuestra que no siempre tenemos que comprar plantas para hacer nuestras composiciones.










Este recipiente de caña de bambú,  originariamente contenía una vela. Una vez eliminado el resto de cera fundida que le quedaba, utilizo un berbiquí, para agujerear el fondo y proporcionar un correcto drenaje a la plantación.





Este sistema de agujerear  para conseguir drenaje, es muy efectivo y sencillo de aplicar  en cualquier recipiente  de bambú o madera.  












Una vez perforado el recipiente, coloco una capa de akadama gruesa en el fondo, y akadama de grano pequeño para el resto de  la plantación de este  helecho Ceterach officinarum, recuperado del jardín de casa.





El helecho Ceterach officinarum, armoniza perfectamente con los tonos del recipiente de bambú de 6 x 7 cm.












Para esta tetera  de  la maestra Motoko Araki, - a la cual ,se le  había roto la tapa-, he pensado utilizar una planta carnívora Sarracenia.  Las plantas carnívoras necesitan mucha humedad, y como el recipiente está sin agujerear y esmaltado su interior, será perfecto para mantener la humedad necesaria.












Detalle de las vigorosas raíces de Sarracenia



Para esta plantación de Sarracenia, he utilizado el sistema kokedama o bola de musgo. Creo que será perfecto para su desarrollo, ya que  este método mantiene muy bien la humedad.










He  cortado y seccionado una de las hojas  tubo de Sarracenia, características de esta variedad, para  apreciar en detalle la cantidad de insectos que contiene en su interior, los cuales son digeridos por las enzimas que produce la planta.









 La plantación de Sarracenia finalizada. La ventaja de cultivar con el sistema de bola de musgo, es que  se puede  utilizar cualquier otro recipiente para su exposición.










Esta vieja maleta de cerámica del ceramista Jordi Salvador, de 13 x 5 cm. dará un toque divertido  para  esta infantil plantación.











En esta plantación he respetado al máximo el musgo, para no estropear  los nuevos brotes de  la Woodsia macrochlaena mett.





Este material lo encontré en la playa, lleva conmigo  por lo menos 15  años. Me llamó la atención su color y forma tan especial.  Había sido un envase que seguramente fue arrojado al mar y este lo devolvió a la playa. Será una manera perfecta  de reciclar.













Al hacer la foto descubrí el texto que ponía en un lateral, “El envase no puede volver a ser utilizado deberá ser destruido y enterrado”. Por suerte su efecto tóxico ya estará pasado. ¡Eso espero!  pero da que pensar la cantidad de cosas toxicas que se llegan a tirar al mar.










Del mar  también utilizaré esta caracola de 10 x 5 cm. Las caracolas,  son muy vistosas y las plantaciones quedan muy bonitas.





La caracola una vez finalizada la plantación, con un Sempervivum sp.





Para estos dos recipientes he utilizado keto.  La caracola se rellenará  entera  y en  el otro recipiente sólo se pone keto en una pequeña parte.




He plantado una Echeveria gibbiflora, en un lateral dejando espacio, para  apreciar  mejor las formas adquiridas, tanto del recipiente como de la plantación.






En esta imagen se puede apreciar el movimiento que tiene el envase. También podremos utilizar troncos, piedras o cualquier otro  recipiente que estimule nuestra imaginación y la de los más pequeños .

Si conseguimos que nuestros pequeños aprendan, compartiendo con nosotros  nuestra afición,a modo de juego al principio, tendremos mucho camino  ganado, porque despertaremos en ellos la inquietud de representar una pequeña porción  de nuestra naturaleza, consiguiendo la necesidad de preservarla para generaciones venideras.



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